A contramano de la crisis global, la minería argentina continúa cristalizando proyectos y minas de importancia significativa, potenciando de este modo a un sector ya dinámico.
Es cierto que la crisis precipitó la salida de un buen número de empresas con proyectos en etapa de exploración –tanto inicial como avanzada-, pero la gran mayoría de ellas deben su salida a otras razones. Por ejemplo, Alexander Gold había decidido detener el desarrollo de su proyecto León meses antes; actualmente sólo mantiene la propiedad y está enfocada a desarrollar sus procesos de tecnología de procesamiento. ATW Venture (hoy ATW Gold) completó dos programas de perforación entre 2007 y 2008, en el proyecto Amarillo en la provincia de San Juan, de propiedad de Marifil Mines y luego de no encontrar lo que esperaba, decidió dejar el país para comprar dos minas en Australia, una de las cuales actualmente ya está en producción. La mayoría de las más de130 empresas que aún se mantienen en Argentina han reducido su nivel de actividades drásticamente, pero con miras a mantener sus activos y pasar la crisis. No es de extrañar, que en un universo mayoritariamente constituido por juniors el sector tenga una movilidad alta, en cualquier situación económica.
Si bien las condiciones en este mercado son más difíciles, aún existen fondos disponibles para la exploración de riesgo. Esto queda demostrado por un caso muy cercano al sector minero argentino: la mayor IPO (oferta pública de acciones, por sus iniciales en inglés) en lo que va del año alcanzó los 100 millones de dólares, originada por la empresa Magma Energy, una empresa dedicada a la exploración geotermal. La relación entre Argentina y Magma está dada por que a la cabeza de esta nueva empresa está el magnate minero Ross Beaty, Chairman de Pan American Silver, operadora de la mina de plata y oro Manantial Espejo, ubicada en Santa Cruz. Y Magma por su lado, también tiene intereses geotermales en la Argentina, además de Chile y varios otros países.
Y a pesar de todo, hay nuevos jugadores. Durante 2009 al menos una decena de empresas han puesto sus ojos en Argentina. Algunas, como Troy Resources jugaron a ganador, adquiriendo el proyecto Casposo en licitación privada y anunciando el inicio de su construcción en Septiembre de 2009, dejando varios otros oferentes en el camino. Otras juniors han llegado para comenzar exploración y geología desde el principio en proyectos grass roots, como Metropolitan Mining y Cadillac. También hubo cambios de nombre -Apex Silver emergió del chapter 11 en Estados Unidos como Golden Minerals y Suramina es ahora Canadian Gold Hunter-, y escisiones, Pachamama se escindió de Mansfield Minerals.
La contracara es la minería en su fase operativa: contamos con la mayor cantidad de minas en operación de toda la historia argentina, entre las cuales se encuentran 12 minas metalíferas: Veladero, Martha, Cerro Vanguardia, San José, Alumbrera, Pirquitas, Gualcamayo, Manantial Espejo, Aguilar, Farallón Negro, Andacollo y Sierra Grande; y numerosos yacimientos de minerales industriales entre los que destacan Salar del Hombre Muerto, Tincalayu, Loma Blanca, el carbón de Río Turbio y la rodocrosita en Capillitas. Este panorama implica que Argentina sea muy pronto el tercer productor de oro en Sud América, con más de 40 toneladas del metal dorado, después de Perú (203 Tn) y Brasil (49.7 Tn).
Antes de fin de año comenzará la etapa de construcción de dos nuevas minas metalíferas, el gigante Pascua Lama que aportará una inversión cercana a los 3.000 millones de dólares y la anteriormente mencionada Casposo, con unos 100 millones. A pesar de todo, la minería argentina continúa su crecimiento y consolidación. Miles de trabajadores mineros, desde operarios hasta profesionales, van sumándose a sus filas cada año, y van brindándole a este nuevo sector de la economía, mayor masa crítica y oportunidades. ¿Quiere conocer más sobre la minería en Argentina? Vea nuestra información actualizada >>
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