Es cierto que queda demasiado camino por recorrer y que, si bien Argentina tiene una historia rica en la materia, continúa trabajando por convertirse en un país minero. Pero este año tanto el país como la región latinoamericana seguirán siendo un gran atractivo para el desembarco de inversores extranjeros. La licencia social, la incertidumbre regulatoria y los conflictos ambientales son piedras en el camino, pero la calidad comprobada de los yacimientos aporta la cuota de gran atractivo para la región.
Prueba de ello son los datos que se desprenden de la actividad minera en la Argentina durante los últimos años, especialmente los que surgen del 2010. Según un estudio de la consultora Investigaciones Económicas Sectoriales (IES), el sector minero en la Argentina pasó de representar el 0,3% del Producto Bruto Interno (PBI) al actual 4,5% en 15 años; y se espera que en los próximos períodos esa participación suba hasta el 6%, una vez que empiecen a operar los megaproyectos en marcha. Sólo en 2010 las exportaciones mineras crecieron 43,4% en relación al 2009.
De acuerdo con este informe, el valor bruto de producción del sector minero durante 2010 creció 11,4% respecto de 2009, fundamentalmente "por la mayor producción de las minas en operación". En cuanto a las exportaciones del sector minero, el informe señala que en 2010 se ubicaron 43,4% por encima de las de 2009 y totalizaron US$ 4.521,3 M.
Otro antecedente interesante a tener en cuenta es que durante 2010 se produjo un nuevo record de exploración minera en el país, que representó un crecimiento del 340% con respecto al 2003, cuando se recuperó esta actividad, e implicó inversiones por encima de los $ 100 M. Además, el dato más significativo es que la actividad espera la construcción de nuevos proyectos con más de US$ 32 mil M de inversión.
Pero hay más. Según datos aportados a la Secretaría de Minería de la Nación, los programas de exploración, que se miden en metros de perforaciones, superaron los 730 mil metros, implicando inversiones por arriba de los US$ 100 M, de acuerdo a los actuales valores del mercado y generando en 2010 un nuevo record histórico.
Estos datos también demuestran un incremento del 21% por sobre el último record exploratorio alcanzado en 2008, con 603 mil metros perforados, y promueve nuevos potenciales yacimientos, principalmente, en provincias como Santa Cruz, Chubut, San Juan, Mendoza y La Rioja, entre otras.
Con las proyecciones ciertas en materia de perforación, más de 3 millones de metros, se resguarda el crecimiento sostenido de la actividad minera, que prevé para los próximos años la construcción, al menos, de 15 nuevos proyectos de escala internacional, con inversiones por arriba de los US$ 32 mil M y la generación de 115 mil nuevos puestos de trabajo en el país.
Además, según el informe de la IES, el oro representó la mayor exportación mineral. Las exportaciones del sector minero argentino crecieron un 43,4% en 2010, con ventas al exterior por US$4.521 M. Las exportaciones de minerales crecieron 43,4% en valores y 2,3% en cantidades, entre oro y plata, lo que representa un 54,9% del total exportado por el país en 2010, según el relevamiento. El oro fue la mayor exportación mineral, con un crecimiento interanual del 94% a 2.010 millones de dólares el año pasado, seguido por el aluminio no refinado con un ascenso del 7,9% a 356,3 millones de dólares, y por la plata con un aumento del 98% a 244,2 millones de dólares.
Con todo, tampoco hay que desestimar al litio: de los US$150.000 M de inversión regional minera hasta 2015, menos de 5.000 recaerán en Bolivia, aunque tiene el 70% del litio mundial y yacimientos entre los diez mayores. Chile continuará teniendo importancia y busca flexibilizar su operatoria. Por su parte, Argentina continuará con selecto pero activo grupo de juniors activamente explorando y al menos una en vías de producción. Es una nueva era para el desarrollo del mineral en Argentina.
La Argentina se enfrenta a una oportunidad especial para demostrar que puede competir seriamente. Intenta subir a las grandes ligas y apuesta por una actividad que, se sabe, le reportará beneficios económicos y sociales. Las principales compañías del planeta dejan de mirar al país de reojo y se interesan por la calidad de sus yacimientos y la prueba contundente es que durante 2009 y 2010, años de fuerte retracción en la economía mundial, la minería argentina siguió siendo un sector dinámico, enfrentó la crisis preservando puestos de trabajo y a pesar de la reducción del ritmo de exploración, las empresas se mantuvieron en el país y en menos de un año la recuperación fue total. Hubo inversiones por US$ 750 M, se crearon 8.000 nuevos empleos y se generó trabajo para más de 750 pequeñas y medianas empresas.
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